The Wall Street Journal

26 de noviembre de 2010

Piñata de reclamaciones del golfo

Si un hombre puede ser juzgado por sus detractores, Ken Feinberg debe estar haciendo algo correcto al distribuir dinero de BP a las víctimas del derrame de petróleo en el golfo de México.

Después de la fecha límite final del miércoles para obtener ayuda de emergencia, el administrador de reclamaciones habrá pagado cerca de $2 mil millones de dólares a 120,000 personas y empresas. El Sr. Feinberg ahora comienza a considerar conciliaciones "finales" ofreciendo efectivo por daños pasados y futuros siempre y cuando los beneficiarios cedan sus derechos a demandar a BP.

Y existe el desacuerdo político. Muchas personas quieren un pago y el derecho a continuar haciendo demandas, en especial los abogados y sus amistades políticas. Varios renombrados abogados de responsabilidad civil atacaron al Sr. Feinberg en un artículo de la revista New York Times este mes, molestos porque su día de paga puede desaparecer tan rápido como lo hizo la mancha de aceite de la superficie del golfo.

El procurador general del estado de Alabama, Troy King, es un agitador especial, emitiendo la semana pasada una "alerta al consumidor" acerca de la Facilidad de reclamaciones de la costa del golfo encabezada por Feinberg. Ésa es una advertencia normalmente reservada para sospechas de fraude. El Sr. King, un republicano que deja su puesto pero no lo suficientemente pronto, declaró que el Sr. Feinberg "trabaja para BP", lo cual es falso. Fue seleccionado por el Presidente Obama, ese flagelo de la clase de abogados.

Ver imagen completa de Ken Feinberg de Associated Press (Prensa Asociada) El gobernador de Alabama Bob Riley, otro republicano, llamó la condición de no hacer demandas por la reclamación final como una "extorsión" y quiere que el Presidente Obama "arregle este asunto". Los dos senadores de Alabama también han criticado al Sr. Feinberg. Afortunadamente, la clase gobernante de Alabama es atípica. Políticos de Luisiana, Florida y Misisipi (hasta Jim Hood, el fiscal general de Misisipi que gusta de demandas colectivas) están apoyando al Sr. Feinberg con calma.

Y muy merecido. Durante el clímax del frenesí del derrame de petróleo después de explotar la plataforma Deepwater Horizon, el Sr. Obama forzó a BP a poner en garantía $20 mil millones de dólares por daños. Hubiéramos preferido que las reclamaciones del golfo siguieran las leyes normales de responsabilidad, pero nos callaron los demócratas y los liberales quienes querían que BP pagara en grande. Ahora, esas mismas voces permanecen en silencio mientras el agente de su política, el Sr. Feinberg, es apabullado.

Un abogado de Washington quien supervisó el fondo para víctimas de 9/11 y otros proyectos políticamente sensibles, el Sr. Feinberg ha demostrado que puede hacer llegar dinero a víctimas rápidamente, primero con los pagos de emergencia y dentro de poco con conciliaciones finales. Las víctimas tienen tres años para presentar una reclamación final.

El Sr. Feinberg admite que en un principio "prometió de más y cumplió de menos". En septiembre, el Departamento de justicia describió su paso como "inaceptable", por lo tanto aceleró su deber. Durante tres meses su oficina increíblemente ha procesado cerca de 400,000 reclamaciones para ayuda a corto plazo. Muchas reclamaciones llegaron faltantes de alguna o toda documentación, y alrededor de mil están bajo investigación por fraude. Ésta es una de las razones por las cuales preferimos el proceso legal ordinario, pero algo de fraude era inevitable una vez que el Sr. Obama y BP se comprometieron con el plan de pago de ayuda rápida.

Reclamantes aun pueden demandar como alternativa a presentar una reclamación final al Sr. Feinberg, quien enfatiza que para pescadores, dueños de hoteles y otros, su manera es mejor opción que la incertidumbre de una demanda. Esos casos se tardan años suponiendo que los juzgados certifiquen una "clase", lo cual no es seguro. Aun ganando un juicio, el abogado se lleva 40% de la ganancia del juicio. Las víctimas del derrame del Exxon Valdez aún después de 20 años están peleando sus reclamaciones en los juzgados. "La clausura es una virtud", repite el Sr. Feinberg con frecuencia.

Aun con imperfecciones, el proceso de reclamaciones del golfo está en marcha y hasta ahora parece ser el proceso más justo para todas las partes, especialmente para las víctimas. El Sr. Feinberg tiene todos los incentivos para pagar lo suficiente para evitar mayor escándalo político y más demandas. Si abogados de demandantes o sus jefes políticos lloran por no conseguir su tajada, considérelo una bendición colateral.

###