Wall Street Journal

26 DE AGOSTO DE 2010

CRÍTICA Y PUNTO DE VISTA

Los abogados están disgustados por no tener más acción.

¿Desde cuándo $20,000 millones en efectivo no son suficientes? Respuesta: Desde que los fiscales de distrito del estado y los abogados de los demandantes compiten por un pedazo más grande del fondo de compensación de BP, que supuestamente está dirigido a las víctimas del derrame de petróleo en el Golfo de México.

Esa es la historia real detrás de los titulares sobre el descontento de los términos de Kenneth Feinberg para los pagos según el Centro de Reclamaciones de la Costa del Golfo. Como administrador, el Rey Salomón de este ejercicio, el Sr. Feinberg tiene que formar opiniones difíciles a medida que intenta compensar a las víctimas legítimas sin recompensar a los aprovechados. Los abogados de los demandantes y sus amigos de la Oficina del Fiscal de Distrito (AG) parecen temer ser retirados de la acción.

Ustedes conocen a los sospechosos de siempre. Está el Fiscal de Distrito de Mississippi Jim Hood, alias ex-camarada de Dickie Scrugg en demandas colectivas, quien afirmó al canal de TV Biloxi: "Nosotros llevamos al Sr. Feinberg detrás de la cabaña por un par de horas para expresarle nuestra preocupación acerca del borrador de protocolo que ha circulado para las reclamaciones". Cuando se trata de bravuconerías baratas, el Sr. Hood es el Rod Blagojevich de la Costa del Golfo.

Luego, está el Fiscal de Distrito de Alabama Troy King, quien llamó al Sr. Feinberg un "cómplice corporativo" de BP. Solo en el país de nunca jamás populista del Sr. King, un "cómplice" podría definirse como alguien que paga $20,000 millones del fondo de una corporación por acciones.

No podemos olvidar al Fiscal de Distrito de Florida Bill McCollum, quien llamó a los términos de responsabilidad del Sr. Feinberg "absolutamente inaceptables". El Sr. McCollum generalmente se ha opuesto a las maquinaciones de los abogados de juicio a lo largo de su carrera política, pero hasta que perdió las elecciones primarias del partido republicano el martes, él se presentaba para gobernador y, bueno, uno tiene que hacer lo que tiene que hacer, como dijo una vez Bill Clinton célebremente acerca de sus anuncios de TV de Mediscare en 1996.

¿Cuáles son los supuestos términos onerosos del Sr. Feinberg? Pues bien, los demandantes pueden presentar sus reclamaciones hasta el 23 de noviembre y recibir un pago en efectivo inmediatamente por hasta seis meses de ayuda de emergencia sin perder ninguno de sus derechos legales de demandar a BP. Ellos pueden tomar ese dinero y contratar a un abogado si quisieran. Los mismos demandantes luego tienen tres años para solicitar un acuerdo de pérdida final y, solo si aceptan la oferta de Feinberg, tendrían que renunciar a su derecho de demandar.

Así que, veamos. Un camaronero de la Costa del Golfo puede obtener efectivo inmediato de emergencia, más un pago final más grande del Sr. Feinberg, en relativamente poco tiempo. El dinero está sujeto a fiscalización tributaria como ingreso pero, por lo demás, el camaronero puede quedárselo todo.

O, en vez de aceptar una oferta de pago final, ese camaronero puede contratar a uno de los amigos abogados de los demandantes del Sr. Hood, esperar años para ver cómo se desarrolla el litigio y luego, pagar el 40% de su parte de cualquier acuerdo al que llegue, a su abogado como tarifa de contingencia. ¿Qué proceso suena más justo para las víctimas?

La queja de un abogado es que el Sr. Feinberg quiere deducir de los acuerdos cualquier salario que BP haya pagado a los pescadores por ayudar a limpiar el derrame. BP contrató a esos pescadores en parte para subvencionar sus pérdidas, debido a su incapacidad de alcanzar su sustento. En términos legales, esto se conoce como mitigación y cualquier tribunal en EE.UU.—incluso en Alabama—consideraría tales pagos como parte de un acuerdo.

El Sr. Feinberg también es criticado por exigir documentación como declaraciones juradas de impuestos u otra prueba de pérdidas, especialmente ya que gran parte de la economía del Golfo parece funcionar en base a efectivo (por no decir, a evitar impuestos). Otros se quejan de que el Sr. Feinberg ha establecido límites geográficos muy estrechos—menos de cinco millas de distancia de la costa—para algunas reclamaciones de empresas.

Todas estas son cuestiones de opinión, pero el Sr. Feinberg tiene que estar en la mira de reclamaciones fraudulentas o poco fiables que ciertamente proliferan siempre que hay un tazón de miel de $20,000 millones sobre la mesa. ¿Es un hotel a 100 millas de la costa que se queja de pérdida de negocio realmente una víctima del derrame, especialmente cuando las playas ya están limpias y accesibles?

BP pagó alrededor de $400 millones en reclamaciones antes de que el Sr. Feinberg tomara el control y la compañía ahora está investigando muchas de esas posibles farsas. Nos han informado de que una persona presentó más de 10 reclamaciones en varias oficinas de BP, utilizando el mismo nombre y se le pagó cada una de las veces. (BP tenía 35 oficinas de reclamaciones y un proceso descentralizado para hacer los pagos.)

Sin duda, la documentación y exigencias geográficas trabajarán en contra de algunos demandantes, aunque el Sr. Feinberg también tendrá todo el incentivo político de hacer los pagos lo suficientemente generosos y extensos para apaciguar cualquier protesta pública.

El peligro es tal que toda esta bulla de abogados quejándose alejará a algunas de las víctimas de la posibilidad de hacer reclamaciones a través del centro de $20,000 millones con la esperanza de recibir un día de pago mayor si presentan una demanda. Esta es una propuesta arriesgada que podría significar que nunca reciban ni un centavo de compensación. No hay garantía de que los tribunales sean más generosos que el Sr. Feinberg, especialmente cuando el daño del derrame se desvanece y las pesqueras y negocios de turismo del Golfo vuelven a la normalidad.

Hubiéramos preferido que las reclamaciones del Golfo siguieran las leyes regulares de responsabilidad, pero el Presidente Obama insistió en el fondo de $20,000 millones y BP accedió a una oferta que no podía rechazar. El mejor camino ahora es dejar que el Sr. Feinberg maneje las reclamaciones judiciales y darle efectivo a las víctimas tan pronto como sea posible, para que puedan volver a generar su sustento y que la economía del Golfo pueda revivir.



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